UNITAT 2
ÈTICA I POLÍTICA
PODER I AUTORITAT
MONARQUIA, ARISTOCRÀCIA I DEMOCRÀCIA
Desde el punto de vista fundamentalista, la democracia
es considerada hoy día como la forma más perfecta de gobierno, aquella
que habría alcanzado la humanidad como una suerte de «destino
manifiesto» en su camino al «Fin de la Historia». De tal suerte que no
ser considerado demócrata o pertenecer a una sociedad no democrática es
tanto como haber perdido la condición de hombre por vivir en una
sociedad «degenerada», que sólo adoptando la forma democrática podría
regenerarse. Sin embargo, la problemática de la democracia dista mucho
de resolverse con una concepción tan simple y es necesario plantear a
fondo el origen y desarrollo del término democracia, así como su lugar
respecto a otras formas de gobierno históricamente dadas.
1. La democracia frente a otras formas de gobierno
A Aristóteles debemos la primera clasificación de las formas de gobierno, en función del número de gobernantes. Así, la monarquía se caracteriza por el gobierno de uno, la aristocracia por el gobierno de pocos, y la república
por el gobierno de la mayoría (en otras ocasiones «todos»); por el
contrario, degeneraciones suyas son: de la monarquía, la tiranía; de la
aristocracia, la tiranía; y de la república, la democracia (en otras
ocasiones habla de demagogia), algo que no suele ser mencionado por los
tratadistas políticos actuales:
«De los gobiernos unipersonales solemos llamar monarquía
al que vela por el bien común; al gobierno de pocos, pero de más de uno,
aristocracia (bien porque gobiernan los mejores (áristoi) o bien porque lo hacen atendiendo a lo mejor (áriston) para la ciudad y
para los que forman su comunidad); y cuando la mayoría gobierna mirando
por el bien común, recibe el nombre común a todos los regímenes
políticos: república (politeía) [...].
Desviaciones de los citados son: la tiranía, de la monarquía, la oligarquía, de la aristocracia y la democracia, de la república. La tiranía, en efecto, es una monarquía orientada al interés del monarca, la oligarquía, al de los ricos y la democracia, al interés de los pobres. Pero ninguna de ellas presta atención a lo que conviene a la comunidad» (Aristóteles, Política, 1279a-1279b).
Desviaciones de los citados son: la tiranía, de la monarquía, la oligarquía, de la aristocracia y la democracia, de la república. La tiranía, en efecto, es una monarquía orientada al interés del monarca, la oligarquía, al de los ricos y la democracia, al interés de los pobres. Pero ninguna de ellas presta atención a lo que conviene a la comunidad» (Aristóteles, Política, 1279a-1279b).
Aristóteles recoge estas "enfermedades del Estado" de su gran maestro Platón que vierte esta misma clasificación en su obra La República.
2. La democracia y la tiranía de la mayoría
Pericles, considerado por historiadores y políticos como el paradigma
de hombre democrático y auténtico adalid de la denominada «democracia
ateniense» del siglo V a. C., define la democracia en su famoso discurso
fúnebre de la siguiente manera:
«Tenemos un régimen político que no emula las leyes de
otros pueblos, y más que imitadores de los demás, somos un modelo a
seguir. Su nombre, debido a que el gobierno no depende de unos pocos
sino de la mayoría, es democracia. En lo que concierne a los asuntos
privados, la igualdad, conforme a nuestras leyes, alcanza a todo el
mundo, mientras que en la elección de los cargos públicos no anteponemos
las razones de clase al mérito personal, conforme al prestigio de que
goza cada ciudadano en su actividad; y tampoco nadie, en razón de su
pobreza, encuentra obstáculos debido a la oscuridad de su condición
social si está en condiciones de prestar un servicio a la ciudad»
(Tucídides, Historia de la Guerra del Peloponeso, Libro II, 37, 1-2).
Bibliografia:
ALFARO, Carmen i VVAA: Educació ètica i cívica. Barcelona: Ediciones del Serbal, 2008 (pàgina 36)
Webgrafia:
No hay comentarios:
Publicar un comentario